La pandemia de COVID-19 está siendo una de las experiencias más difíciles que muchas personas y educadores han vivido. Un cambio radical a nuestro hábitos personales y profesionales al que estamos asistiendo cada día lo que pueda ser motivo de estrés y ansiedad para muchos educadores al inicio de este atípico curso.
A menudo se habla de la importancia de tener una mentalidad de crecimiento, positiva y valiente en el mundo educativo, pero la pandemia nos ha brindado la oportunidad de mirar también dentro de nosotros como nunca antes. Es la ocasión de atendernos a nosotros mismos para ayudar mejor a nuestros estudiantes.
¿Qué debemos hacer?
A partir de un artículo del experto en educación Peter DeWitt, hay una lista de cosas que debemos hacer para cuidar de nuestra propia salud mental.
No te avergüences: Nos preocupamos demasiado por lo que los demás piensan de nosotros. No hay que avergonzarse de sentir ansiedad o estrés.
Respira: Es increíble lo mucho que ayuda sentarse y respirar profundamente. Tomarnos un tiempo para respirar puede llevarnos a tomar mejores decisiones.
Acepta ayuda: La clave es encontrar el asesoramiento adecuado. Es posible que no te sientas cómodo con la primera persona que veas. Si necesitas a alguien que te escuche, busca a alguien así. Si necesitas a alguien que te presione un poco, entonces encuentra a esa persona.
Lee: Infórmate sobre cómo superar la ansiedad, el estrés y sobre salud mental.
Conecta con amigos: Rodéate de amigos que te ayuden a relajarte y divertirte.
Haz ejercicio: la actividad física es una de las mejores formas de lidiar con la ansiedad. Sal a correr o caminar. Aire fresco y respiración profunda.
Aléjate del ordenador: Muchos educadores realmente no tuvieron vacaciones este verano. Pasaron directamente desde el atípico final del pasado curso hasta el comienzo de este atendiendo a las nuevas necesidades de enseñar online.
Tómate un descanso de las redes sociales: Pueden ser excelentes para obtener nuevas ideas y conectar con otros profesionales, pero también puede tener el efecto adverso y hacernos pensar que no estamos haciendo lo suficiente.